Usando la Flebi Supra para promover la movilidad sostenible. La opinión de una persona sin experiencia
Patrick, diseñador gráfico y desarrollador de software, ha usado durante un tiempo la Flebi Supra. Nunca antes había utilizado una bici para desplazarse por Madrid, ni había probado una bicicleta eléctrica. Ha escrito unas impresiones sobre la Flebi Supra, y en general, sobre cómo ve el uso de la bici dentro de una gran ciudad, lo que es la movilidad sostenible. A continuación están sus comentarios:
He recorrido durante dos semanas unos 60 kilómetros con la bicicleta eléctrica Flebi Supra, todos ellos por zonas céntricas de Madrid. Pese a la reciente instalación de una red pública de bicicletas eléctricas, nunca había concebido esta ciudad como lugar idóneo para el desplazamiento en este tipo de transporte, pues en muchas ocasiones el ritmo del tráfico es frenético e imposible de seguir con un vehículo basado en la propulsión humana.
Para alguien que está acostumbrado a la utilización del coche para desplazamientos urbanos, optar por un transporte cuya velocidad no sobrepasa los 30 km/h es algo prácticamente inviable, pues, al menos al principio, la sensación de desprotección es grande. Hablando con compañeros conductores, muchos de ellos coincidían en que no se atreverían a hacer sus recorridos diarios en bicicleta por la misma razón: enfrentarse al ritmo del tráfico. Sin embargo, los ciclistas urbanos de toda la vida se han acostumbrado a manejarse en la ciudad y a no sentir un especial temor; circulan en bici con naturalidad. Para los que somos nuevos en esto, es necesario un periodo de adaptación y, para conseguir la máxima seguridad, hay que tomar medidas como puede ser llevar un casco (si bien en Madrid no es obligatorio si eres mayor de 16 años) o ropa que ofrezca buena visibilidad.
La primera vez que utilicé la Flebi Supra (nunca me había desplazado en bicicleta por la capital) sentía literalmente que los coches iban a devorarme en cuanto me incorporara a la calzada principal, pero aquí vino mi primera sorpresa: todo fue bien. Pese a notar cómo en ocasiones ralentizaba a los conductores de mi carril, estos me adelantaban cuando tenían ocasión sin molestarme ni invadir mi espacio y me respetaban como parte de la circulación. Las rotondas son otro cantar, ya que en ese momento estás absolutamente rodeado de vehículos automotrices y la falta de velocidad y protección física crean una situación difícil de digerir si no estás acostumbrado, lo que a mí en alguna ocasión me hizo optar por bajarme de la bicicleta y continuar el recorrido por la acera.Esta situación se va superando a medida que pasa el tiempo y te das cuenta de que el resto de vehículos detrás de ti se adaptan a tu velocidad. La impresión que tengo de Madrid es que cada vez hay más ciclistas urbanos y los conductores empiezan a tener conciencia del respeto que merecen. No cabe duda que cuantas más bicis haya en la calle, el tráfico y la contaminación se reducirá sustancialmente. Los ciclistas urbanos ponen su grano de arena para mejorar las ciudades y creo que los automovilistas deben dejar de verlos como una molestia.
La situación ideal sería que las bicicletas tuvieran un carril independiente del resto del tráfico rodado. De ser así, estoy seguro que habría muchos más personas que optarían por la bici como vehículo de transporte, en especial las bicis eléctricas, dada la abundancia de cuestas que hay en Madrid. Sin embargo, la red de carriles bici en Madrid es aún escasa. Esperemos que la situación mejore con el paso del tiempo.
La Flebi Supra es fácil de llevar y te acostumbras rápido al rápido tacto de la dirección, más sensible al movimiento que el de una bicicleta grande debido al reducido tamaño de sus ruedas y relativa poca distancia entre ejes. Precisamente, su reducido tamaño y fácil plegado, es de gran ayuda cuando toca subirla a casa, combinar su uso con el transporte público e incluso meterla dentro del restaurante en lugar de dejarla en la calle.
Sin apenas esfuerzo se alcanza una velocidad de 25-30 km/h en llano y algo menos en las pendientes, en función de lo pronunciadas que sean. La ayuda del motor eléctrico también facilita las arrancadas en los semáforos haciendo la marcha más ágil. El motor eléctrico tiene tres modos de entrega de potencia (bajo, medio y alto) y se activa después de dar dos o tres pedaladas y sigue funcionando mientras sigas pedaleando. El momento en el que comienza a suministrar potencia puede ser más intenso de lo necesario si se circula por zonas muy concurridas, pues el impulso es considerable y hay que frenar y dejar de pedalear constantemente. Por ese motivo, en esas zonas lo mejor es accionar el botón «6km» (que hay en el panel de mandos). Al hacerlo, el motor eléctrico suministra fuerza hasta conseguir una velocidad próxima al paso humano y la mantiene siempre que lo mantengamos pulsado (no hace falta dar a los pedales).
En este tiempo, he notado un claro ahorro económico por usar la Flebi Supra en lugar del transporte público, cada vez más costoso. Aunque he recargado la batería en mi casa, no he notado un incremento del importe de la factura de luz. Aunque no he echado las cuentas necesarias, me parece que cargar la batería es sumamente barato.